...una vez más. Y por esta parte del mundo no solemos ser originales en nuestros comentarios, referidos en su mayoría a la velocidad con la que se escurre el tiempo. A lo rápido que pasa todo. Cuando abrí la caja en la que guardo mi árbol de Navidad tuve la misma extraña sensación de cada año. Me pareció que no había transcurrido el tiempo que marca el calendario. Y sin embargo, miraba hacia atrás y sí había un camino recorrido durante doce intensos meses. Camino que fue bien diferente a los anteriores. Celebrado la mayoría de las veces, lamentado algunas otras. Pero bueno, así es la vida.
Personalmente, amo la celebración de la Navidad. Me encanta ver shoppings, vidrieras, calles, ventanas, balcones, ambientadas con guirnaldas, pinos y lucecitas de colores. Lo confieso, me encanta. Si fuese alcalde de mi ciudad, exigiría vestirse de rojo y blanco, o de duende, o de reno. Y si fuese Dios, crearía a Papá Noel y haría nevar durante la Nochebuena. En eso, el imperialismo sí pudo conmigo. Lo arrastro desde mi infancia. No hay año en que no caiga en las garras del consumo febril de este tiempo y regrese a casa con mi bolsa portando adornos nuevos. Contento como si el mundo fuese hermoso e idílico como las imagenes que abundan en esta época. Sé bien de la amenaza del Mal desde todos los flancos. Por eso me aferro a este aspecto que comparto poco o casi nada. Un refugio más. O, visto desde otro ángulo, quizá también, una alternativa.
Y llega Navidad y con ella a la mayoría se nos abre un cofre que guarda un sinfín de emociones encontradas. La tradición de alguna manera nos obliga a empaparnos de rojo, verde, dorado o plata, a decorar nuestras guaridas de manera festiva, instalando algún Papá Noel sonriente, un muñeco de nieve con nariz de zanahoria, un moño rojo, alguna campanita que tintinea alegremente al llevárnosla por delante. Excepcionalmente, algún pesebre que nos recuerda qué evocamos por estos días.
Personalmente, amo la celebración de la Navidad. Me encanta ver shoppings, vidrieras, calles, ventanas, balcones, ambientadas con guirnaldas, pinos y lucecitas de colores. Lo confieso, me encanta. Si fuese alcalde de mi ciudad, exigiría vestirse de rojo y blanco, o de duende, o de reno. Y si fuese Dios, crearía a Papá Noel y haría nevar durante la Nochebuena. En eso, el imperialismo sí pudo conmigo. Lo arrastro desde mi infancia. No hay año en que no caiga en las garras del consumo febril de este tiempo y regrese a casa con mi bolsa portando adornos nuevos. Contento como si el mundo fuese hermoso e idílico como las imagenes que abundan en esta época. Sé bien de la amenaza del Mal desde todos los flancos. Por eso me aferro a este aspecto que comparto poco o casi nada. Un refugio más. O, visto desde otro ángulo, quizá también, una alternativa.
Por todo esto, porque es Navidad, es que quiero hacerles llegar la alegría de estas fechas con mis bendiciones y mis mejores deseos.
Abramos el corazón a la bondad, al respeto, al cariño.
FELIZ NAVIDAD, FELIZ 2009 PARA TODOS
Imagenes: archivo personal
10 comentarios:
Buen día para todos, qué agradable encontrar el saludo de navidad. En instantes vuelvo.
Ahora si leí la entrada, ah, y también el más reciente capítulo de Nieve... sí que me ha gustado la forma en que escribiste este V capítulo.
Sobre la época decembrina, pues puedo decir que no me simpatiza la idea de imponer creencias y costumbres que no les pertenecen a nuestros pueblos latinoamricanos, y mucho menos hago caso al consumismo desmedido (¡por favor, en Colombia no neva!, no hay renos y nuestros indígenas nacieron del maíz, no del barro que sopló Zeus o el dios de los hebreos). Sin embargo es una época en que la familia está más unida que de costumbre, por las vacaciones se puede visitar más a los amigos, se puede salir a caminar por la ciudad y ver los agradables arreglos, se tiene tiempo para viajar, para leer, para hacer cosas que tenías pensientes, y sobre todo, comer muchos manjares...jejeje....
me gusta la época!!!
Un abrazo de Montaña para todos
Mucha felicidad para tí,
para aquellos que amas,
para los que adornan esos escaparates de fantasía,
para la gente con la que te cruzas cada día,
para los que extrañas,
para quien pone la gasolina en tu automóvil,
para quien tiene la suerte de oír tu voz,
para los que son ahora el motivo de tu ilusión...
Muchas felicidades a ese niño grande,
mi vaquero soñador.
Que tengas buenas fiestas y un Año Nuevo increíble. Al término nos vuelves a contar, vale?.
Un beso enorme, JFT.
Yo soy otra perdida de estas celebraciones... soy otra a la que muchos miran con bronca por esa sonrisa que se me sale sin pensar, o porque cuando quiero acordar ya estoy canturreando "oh xmas treeeeee, oh xmas treeee" Soy de la "navidad blanca" (a propósito puesto en minúsculas, claro) ese tipo de celebración que sólo un milagro me dará la dicha de vivir alguna vez...
Pero también esta esa otra Navidad (si, con Mayúsculas) que me mueve sentimientos, recuerdos y esperanzas también... los mejores deseos, los más grandes sueños, las mejores sonrisas pensando en todo lo que ha sido y aunque no será más... al menos lo he vivido... porque en Navidad renace la esperanza ¿verdad?
Un besote grande... FELIZ NAVIDAD, VAQUERO QUERIDO...
Tu amistad me acompaña en todos los momentos, es por eso que en esta navidad y todos los días yo también deseo lo mejor para tí. Lástima que no podemos estar cerca para repartir abrazos a granel pero en esta navidad, como en todas las ocasiones, nuestros corazones se alegran de celebrar juntos una fecha tan bonita.
¡FELICES FIESTAS TE DESEO DESDE MI LEJANA GALAXIA!
Que hermosa entrada, vaquero, y cuanta razón tienes en la rapidez con que transcurre el tiempo y en lo bueno que es refugiarse en las tradiciones y costumbres positivas como esta para escudarse un poco de lo que la vida suele guardar en la manga para vapulearnos a la menor ocasión...Desde el Norte del Mundo, todos los buenos deseos y todo el amor que haga falta para tu vida, de todo corazón.
Feliz navidad, guapo.
FELIZ NAVIDAD VAQUERO!!!
Me alegra escuchar a personas que sienten como tú la Navidad; me encantó eso de que si fueras alcalde mandarías a vestir a todos de rojo y blanco o de reno y si fueras Dios, harías nevar... sabes que me encantaría, yo nunca he visto más hielo que el que tengo en la refri.
Y por más que uno no quiera o no tenga ganas, pués hay que sacar la cajita con el árbol y los adornos.
Algo que disfruto como tú, es ver las casa llenas de luces... y es que que después de todo NAVIDAD, es NAVIDAD.
Felices fiestas y un año lleno de esperanzas cumplidas mi querido vaquero.
A mí, como que la navidad me da igual, pero te deseo lo mejor, con o sin ella!!!
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